BENEFICIO DE LOS ARBOLES URBANOS

EL ÁRBOL Y LA CAPTACIÓN Y ALMACENAMIENTO DE CARBONO

El árbol se compone en cerca del un 80% de carbono, carbono que capta de la atmosferas de las ciudades. Las áreas urbanas son centros de población donde se consumen grandes cantidades de energía y como resultado de ese consumo son liberados dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero, como el metano y óxido nitroso, el ozono y otros. Uno de los factores que contribuyen a la reducción del dióxido de carbono en la atmósfera es la captación de carbono por parte de las plantas. Aunque durante el proceso de crecimiento eliminan dióxido de carbono y lo acumulan en su biomasa en forma de carbono. La capacidad de almacenamiento del dióxido de carbono es proporcional a la biomasa de los árboles, que a su vez depende del factor de cabida cubierta del ejemplar, densidad de arbolado y diámetro del tronco, esto es mayor tamaño y desarrollo de los arboles mayor retención y almacenamiento de carbono.

Otro factor que debemos de tener en cuenta es la biomasa que se pierde a través de la poda de los arboles. Con respecto a este último factor, existe un estudio llevado a cabo en Chicago en donde se encontró que casi un 15% del C02 captado cada año era liberado a la atmósfera a través de la descomposición de los restos vegetales de la poda de árboles y arbustos. Por tanto, es muy importante conocer las características y necesidades de los árboles, en relación a su crecimiento y tamaño, para minimizar la necesidad de poda y con ello reducir la liberación de carbono.

Por otro lado, cuando los árboles están estresados, por ejemplo durante un verano caluroso o una primavera seca, su capacidad de absorción de C02 se ve reducida ya que ponen en marcha el cierre de sus estomas como mecanismo de defensa para prevenir la pérdida de agua. Por lo que podemos concluir que un árbol sano y vigoroso absorberá una mayor cantidad de CO2 que un árbol enfermo o estresado.

Uno de los métodos para maximizar la captación de C02 es mediante una correcta selección de especies adaptadas a las condiciones climáticas y la elección de la zona de plantación en la ciudad. Esta selección de especies deberá valorar el crecimiento de la especie, la esperanza de vida, el mantenimiento requerido y consecuentemente el destino de los restos vegetales que gradualmente irán liberando carbono a la atmósfera a través de su descomposición.

A partir de datos de campo y aplicando ecuaciones alométricas extraídas de la bibliografía se calcula el carbono total almacenado y la cantidad de carbono bruto y neto captado por el arbolado urbano. Con esta información podremos evaluar la aportación del mismo a la disminución del efecto invernadero.